martes, 18 de octubre de 2011

I

Estas son las invisibles huellas de mi expediente manchado.
Estos son los crímenes de transparencia cometidos por mi mano.
Lo que no se lee, por estar escrito en otras lenguas, son los testimonios en mi contra.
Y los cortes y respiraciones profundas que no se ven ni se escuchan, son oníricas venganzas de los pocos que han muerto por mi causa.

Estas son las aguadas palabras de mi retina cansada.
Estos son los augurios secretos de mis noches mentirosas.
ESTOS SON LOS DESESPERADOS GOLPES QUE DAN MIS DESESPERADOS PUÑOS EN LAS PAREDES CONCRETAS DE LA FRUSTRACIÓN DE NO PODER ALCANZARTE.

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