domingo, 29 de enero de 2012

II

A ella le dan un miedo terrible las noches, las detesta un poco; cuando el sueño la esquiva con desprecio, ella piensa que debe ser algún tipo de castigo, aunque sabe que no merece ser castigada.
La luna es cruel con su ánimo, la oscuridad la seduce a la muerte, la enerva y le pone fármacos en la boca.
Aún así se le iluminan los ojos con las estrellas que llenan de bipolaridad los minutos.
La estoy conociendo de a poco, me da lástima.
La estoy conociendo de a poco, no quiero apresurarme.

I


Estoy recién conociendo a una mujer que de alguna forma, conozco hace tiempo, pero en sueños, imaginaciones, hipótesis…
Para ella los cielos se tornan violentos, esto la llena de alegría y por eso llora. ¿Extraño no? Sus lágrimas, que se escurren con una facilidad increíble, celebran lo bello con la misma amargura que disfrutan los rencores y ventiscas que le presentan los días.
Tiene 23 años, la conozco hace un par de semanas, al menos eso creo. Esas semanas podrían ser también horas o centurias, no lo tengo claro y no es demasiado importante.
No la conocí de golpe, como sugeriría cualquier historia emocionante de esas que salan la vida supuestamente, nuestro encuentro fue más bien pausado, progresivo e incompleto; aun me faltan tantos detalles para comprender sin que se me crispe la piel, aquella manera frágil y confusa que tiene de moverse por su historia.
Cada vez que la miro, cuando nos vamos a dormir ya cansadas de todo, me parece tan absurda la maligna saña con que destroza lo que tiene y sin embargo, despierta, no soy capaz de detener sus golpes…

lunes, 23 de enero de 2012

Imposible verbo de justificación, pestañeado a doble velocidad (impalabra), el tedio de lo obligatorio.
Caminos y surcos resbaladizos de ansias, exclamantes, agresivos.
No pude quedarme ahí, el movimiento de mi cuerpo es natural a lo ignorado...

Donde no hay más de 4 palabras y el lenguaje más diverso de los tiempos.
Ojos que son faroles agonizantes...
Manos que reviven todo, huracanes que revuelcan todo...
Génesis novedosa, siempre. Te lo juro, siempre.

martes, 17 de enero de 2012

Suelo escribirle a la tristeza que se acumula en mis rincones como arena que se niega a ser barrida.
Esta vez dedicaré mis golpes de teclado a la ceguera que me produce la brillantez de nuestros días, cuando te escucho llegar entre minutos, cuando corro a la puerta con una sonrisa, cuando te beso por primera vez en el día y se ilumina mi cara.

domingo, 15 de enero de 2012

Esos cerros de verdad son así de muchos colores.
¿Por qué crees que sea?
Yo creo que as lineas están marcadas por la fuerza y progresividad del viento y por la densidad de los materiales.
Pero ¿por qué son así? Porque querían que los viésemos y nos gustaran?
Parecen espaldas dormidas de dinosaurios muertos; cadáveres que encontramos bonitos, en algún momento serán serán nuestros ojos de colores los que yacerán en el suelo y espero que para ese entonces exista algo o alguienes que disfruten del espectáculo de nuestra muerte.

jueves, 12 de enero de 2012

Mi boca de volcán expulsa lava, humo y cenizas cada vez que la tos irrumpe en mi garganta, quebrando la voz de gallina que tengo, transformándola en eléctrica vejez.
Mis ojos de oasis petrolero perdido se enardecen a diario, creando meteoros ácidos que van a dar a mi cerebro adormecido por el dolor.
Soy naturaleza en caos, expresión humana de la trémula felicidad lejana.
La triste búsqueda humana por lo divino inconcebible, inalcanzable fantasía mía...
Inalcanzable y sensible fibra.

Cielo que se deja llevar por el viento.
Obsesiva mi forma de narrarlo todo.
Pelo revuelto en el que duermo.
Brazo brillante que es mi almohada.
Barcos sin dueño deslizándose en el fondo.
Nubes bailarinas de tristes movimientos.
Etérea moraleja del paisaje.
No hay descanso en las ilusiones.
No hay tierras firmes en la acuosa imaginación.
Atardeceres que me pierdo.
Dolores culpables.
La cabeza me da infinitas vueltas.
Los viajes de mis dientes apretados... cada siesta, cada siesta solitaria.
Mis manos indefensas en cada siesta, en cada siesta ermitaña.
Despertares confusos, aislados, desolados.
Viento que se lleva todo.
Obsesiva mi forma de narrarlo todo.